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viernes, 15 de marzo de 2019

Gestión de la ira y su puta madre

Mi amiga F. me enseñó que cuando tienes un problema con alguien (y necesitas algo de esa persona) tienes que hacer lo contrario a lo que desearías hacer en ese momento. En su caso, estaba enfadadísima y llena de ira contra uno de sus principales  clientes porque hacía tiempo que no le encargaba ninguna traducción y sólo le daba excusas y largas.



F. deseaba enviarle a freír espárragos por teléfono, pero en lugar de seguir sus instintos más primarios le invitó a comer y se comportó como si todo fuera normal y le preguntó, de forma casual y amistosa, qué proyectos tenía pensados para ella. Al cabo de una semana recibió un sustancioso encargo de una traducción muy interesante.

Por Alicia Misrahi, nuevo libro en www.aliciamisrahi.com

En mi caso, estoy hasta las mismísimos de uno de mis jefes que sólo me proporciona encargos apestosos y me paga fatal. No voy a cantarle la caña ni a cantarle las 40, ni siquiera le daré 40 latigazos con una caña... simplemente le invitaré un día a tomar una ídem (con la mierda que me paga no me da para más) y charlando charlando sacare a relucir el tema de mis escasos emolumentos de forma tranquila, pacífica y totalmente discreta: como si fuera él quien hubiera sacado el tema y fuera idea suya subir mis tarifas.
Espero no acabar rompiéndole una botella en la cabeza.


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