Una silla de ruedas eléctrica es la libertad

Años y años de subir y bajar las abruptas calles de mi pueblo y sus omnipresentes desniveles a golpe de brazos. Hoy, por fin, he visto a este joven feliz con su silla de ruedas eléctrica. Estaba radiante rodando por primera vez fácilmente por este pueblo que sube y baja cada pocos metros en inclinaciones mareantes que parece que se van a despeñar.

Por Alicia Misrahi. Página web: www.aliciamisrahi.com


Una señora le ha felicitado con cariño, genuina alegría y efusividad. 
El joven le ha sonreído y le ha contestado, exultante por su nueva libertad:
-Pero no pienses que ha sido la Seguridad Social, ha sido un particular.

El corazón se me ha encogido porque la administración pública no haya cuidado de él de forma adecuada y humana. No obstante, me ha contagiado su alegría, su recién adquirida libertad y la dignidad con la que ha informado del maltrato recibido por el organismo que debería velar por su salud y bienestar y por el de todos. 

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