Oda a la odalisca
De Milos de Azaola, autor de Geografía del corazón:
http://www.emooby.com/es/books/view/111
Poesía eres tú, decía Bécquer
asignándole un rol pasivo a su musa
pero tú eres mucho más, mujer
poeta como yo, no poesía
eres humana, alma y carne
trasciendes los géneros literarios
y los versos no te hacen justicia
delicia turca, hermosa odalisca
eres más que musa, eres Medusa
pues me dejas de piedra con tus ojos verdes
y me envuelves con tus cabellos serpentinos
embrujándome con tus diabólicas artes…
no hay escudo que valga contra ti
sólo me queda valor para caer
rendido a tus encantos (tantos…)
preso en tu Palacio de Hielo, me siento libre
me hallo tan a gusto como en el hogar
por qué debería dejar este lugar
tu casa es un universo alternativo
que aún no se ha visto alterado por los nativos
no quiero más que fundirme contigo
en un abrazo dulce y cálido
y saborear los frutos prohibidos
del árbol que se levanta majestuoso
en tu fragante jardín del Edén
pero tú no eres Eva, lo sé
tus ojos felinos te delatan
tu maliciosa sonrisa de Lilith
me sugiere placeres innombrables
y tus caricias… ¡oh tus caricias!
me llevan de vuelta al paraíso
pues donde estás tú, está la belleza
en cada uno de tus gestos
en cada uno de tus besos
encuentro todo un mundo
del que apenas he explorado
una milésima parte…
cuántos días y cuántas noches más
harían falta para cartografiar
las regiones misteriosas de tu alma
los reinos exóticos de tu piel
cuántos cuentos nos faltan, Scherezade
cuántas odas por cantar a mi odalisca
cuántas odiseas para este Odiseo
navegante de tus mares
amigante entre tus amores
martes, 10 de enero de 2012
sábado, 7 de enero de 2012
La gurú de las chicas malas
(yo misma, según el periódico Las Últimas Noticias de Chile que me entrevistó hace poco :-) ).
Aquí va la entrevista:
http://www.imagengratis.org/images/lasultnoticia.jpg
Aquí va la entrevista:
http://www.imagengratis.org/images/lasultnoticia.jpg
viernes, 18 de noviembre de 2011
Misterio y miseria de la belleza
Misterio y miseria de la belleza. Amedeo Modigliani y Jeanne Hébuterne
De Adiós Mundo Cruel: http://www.aliciamisrahi.com/adios.htm
La historia de Jeanne Hébuterne y Amedeo Modigliani (1884-1920) podría parecer vista de lejos un gran amor, pero lo cierto es que tuvieron una historia tortuosa y enfermiza. La hipótesis de que vivieron un gran amor proviene sobre todo de que ella, embarazada de nueve meses, se suicidó horas después de la muerte de él tirándose desde un quinto piso. La idea romántica es que no podía vivir sin él, la realidad es que juntos habían caminado decididamente hacia la destrucción.
De Adiós Mundo Cruel: http://www.aliciamisrahi.com/adios.htm
La historia de Jeanne Hébuterne y Amedeo Modigliani (1884-1920) podría parecer vista de lejos un gran amor, pero lo cierto es que tuvieron una historia tortuosa y enfermiza. La hipótesis de que vivieron un gran amor proviene sobre todo de que ella, embarazada de nueve meses, se suicidó horas después de la muerte de él tirándose desde un quinto piso. La idea romántica es que no podía vivir sin él, la realidad es que juntos habían caminado decididamente hacia la destrucción.
jueves, 27 de octubre de 2011
Toc, Toc, el Trastorno Obsesivo Compulsivo llama a mi puerta
Somos una familia de Toc, podríamos ser tocólogos, pero no. Para muchos de los que nos rodean, además, lo que somos es unos tocacojones con nuestras manías y supermanías.
Descubrí que mi padre padecía Trastorno obsesivo compulsivo leyendo un artículo en una revista. Tardé varios meses más en darme cuenta de que yo misma también soy una sufridora del mismo mal y algunos meses más en asumirlo e intentar ponerle remedio.
Reconozco que siempre hemos sido un poco peculiares, pero mi prima y mi tía han puesto el listón tan alto que todos los demás podemos pasar por “normales”.
Mi tía y mi prima han acabado viviendo en 10 m2 de su espacioso piso de 100 m2 perfectamente equipado con objetos y muebles y electrodomésticos ahora inservibles. Según ellas, todo está “contaminado”.
La primera vez que le oí decir a mi tía: “No te sientes en esa silla, está sucia”, no le di mayor importancia. Sí me extrañó que se pusiera unos guantes de látex para coger la silla y ponerla en el cuarto de los trastos y que luego quemara los guantes y se lavara las manos cinco veces restregándose con un estropajo.
Poco a poco, de forma inexorable, los objetos, muebles, vestidos, menaje del hogar y etc de su casa se fueron contaminando y acabaron todos en diversas habitaciones que, a su vez, también quedaron contaminadas
En cuestión de pocos años, mi tía y mi prima han quedado recluidas en el recibidor y la primera mitad del pasillo de su casa. Hemos intentado hablar con ellas, pero están tan convencidas de su verdad que no entienden cómo no vemos que todo se contamina.
Descubrí que mi padre padecía Trastorno obsesivo compulsivo leyendo un artículo en una revista. Tardé varios meses más en darme cuenta de que yo misma también soy una sufridora del mismo mal y algunos meses más en asumirlo e intentar ponerle remedio.
Reconozco que siempre hemos sido un poco peculiares, pero mi prima y mi tía han puesto el listón tan alto que todos los demás podemos pasar por “normales”.
Mi tía y mi prima han acabado viviendo en 10 m2 de su espacioso piso de 100 m2 perfectamente equipado con objetos y muebles y electrodomésticos ahora inservibles. Según ellas, todo está “contaminado”.
La primera vez que le oí decir a mi tía: “No te sientes en esa silla, está sucia”, no le di mayor importancia. Sí me extrañó que se pusiera unos guantes de látex para coger la silla y ponerla en el cuarto de los trastos y que luego quemara los guantes y se lavara las manos cinco veces restregándose con un estropajo.
Poco a poco, de forma inexorable, los objetos, muebles, vestidos, menaje del hogar y etc de su casa se fueron contaminando y acabaron todos en diversas habitaciones que, a su vez, también quedaron contaminadas
En cuestión de pocos años, mi tía y mi prima han quedado recluidas en el recibidor y la primera mitad del pasillo de su casa. Hemos intentado hablar con ellas, pero están tan convencidas de su verdad que no entienden cómo no vemos que todo se contamina.
jueves, 29 de septiembre de 2011
Sexo anal, instrucciones de uso y disfrute
Por Alicia Misrahi
El sexo anal forma parte del repertorio sexual de muchas parejas, heterosexuales u homosexuales. Es una práctica que hasta hace poco era tabú pero que, como hemos detectado en las reuniones de La Maleta Roja, cada vez despierta más curiosidad y, también, un poco de morbo (o mucho).
Las estadísticas indican que alrededor de un 20% de mujeres y hombres heterosexuales practican sexo anal, mientras que en la comunidad gay, el porcentaje se eleva al 50%.
No mencionaremos en este artículo a las personas que consideran el sexo anal un tabú o algo sucio. Este tema es sólo para las personas interesadas en el sexo anal.
Muchos hombres están deseando probarlo y algunas mujeres, también, aunque no saben bien cómo hacerlo o tienen miedo de que sea doloroso o peligroso. Tranquilos, el sexo anal bien hecho y con protección no tiene ningún riesgo para la salud.
El sexo anal forma parte del repertorio sexual de muchas parejas, heterosexuales u homosexuales. Es una práctica que hasta hace poco era tabú pero que, como hemos detectado en las reuniones de La Maleta Roja, cada vez despierta más curiosidad y, también, un poco de morbo (o mucho).
Las estadísticas indican que alrededor de un 20% de mujeres y hombres heterosexuales practican sexo anal, mientras que en la comunidad gay, el porcentaje se eleva al 50%.
No mencionaremos en este artículo a las personas que consideran el sexo anal un tabú o algo sucio. Este tema es sólo para las personas interesadas en el sexo anal.
Muchos hombres están deseando probarlo y algunas mujeres, también, aunque no saben bien cómo hacerlo o tienen miedo de que sea doloroso o peligroso. Tranquilos, el sexo anal bien hecho y con protección no tiene ningún riesgo para la salud.
viernes, 23 de septiembre de 2011
La Última Romántica
Soy Seda (en los chats) y creo en el amor. Siempre he sabido que había un hombre para mí en algún lugar y que el destino haría todo lo posible para que nos encontráramos, tarde o temprano.
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Todos tenemos a nuestra media naranja en algún rincón del mundo. Los más afortunados se encuentran con ella en algún sitio que frecuentan, a algunos la suerte les es más esquiva y necesitan viajar para encontrarle o vivir varios falsos amores y desengaños antes de darse de bruces con el amor real. Otros lo tienen delante de las narices y no lo reconocen nunca. Igual tiene que ver con el Karma.
Encontrar a la persona que tienes reservada puede ser una casualidad pillada por los pelos, un segundo de distracción que nos hace girar la cabeza hacia un lugar inesperado, el impulso de cambiar el camino habitual por otro, una decisión súbita de visitar un museo que nunca nos ha interesado… Si creemos en él, al final el amor nos encuentra.
De hecho, creo que he encontrado a mi alma gemela. Con él las horas pasan deprisa hablando de todo y de nada. Me hace sentir como nadie me ha hecho sentir en mi vida. Amada, deseada, comprendida.
![]() |
Nunca nadie me ha hecho sentir así, me hace sentir viva. |
Todos tenemos a nuestra media naranja en algún rincón del mundo. Los más afortunados se encuentran con ella en algún sitio que frecuentan, a algunos la suerte les es más esquiva y necesitan viajar para encontrarle o vivir varios falsos amores y desengaños antes de darse de bruces con el amor real. Otros lo tienen delante de las narices y no lo reconocen nunca. Igual tiene que ver con el Karma.
Encontrar a la persona que tienes reservada puede ser una casualidad pillada por los pelos, un segundo de distracción que nos hace girar la cabeza hacia un lugar inesperado, el impulso de cambiar el camino habitual por otro, una decisión súbita de visitar un museo que nunca nos ha interesado… Si creemos en él, al final el amor nos encuentra.
De hecho, creo que he encontrado a mi alma gemela. Con él las horas pasan deprisa hablando de todo y de nada. Me hace sentir como nadie me ha hecho sentir en mi vida. Amada, deseada, comprendida.
viernes, 9 de septiembre de 2011
Yo fui un pescadora de marido
Yo fui un pescadora de marido
Experiencias de pesca en la red
Soy Silvia y me embarqué en una búsqueda para encontrar mi hombre ideal, mi alma gemela, mi otro yo, mi complemento o como queramos llamarle que me condujo a la infelicidad y a la ansiedad.
Empecé a buscar por mi cuenta en el mundo virtual un compañero para procrear y fundar una hermosa familia feliz con esplendorosa hipoteca en lugar de esperar que una casualidad romántica me lo trajera. Busqué activamente en la red y fuera de ella –chats, portales de amor de Internet, citas rápidas, citas lentas y lo que se terciara-. En mis inicios estaba mentalizada para vivir y disfrutar del momento.
Sin embargo, me obsesioné y desesperé con cada nueva desilusión y con cada hombre que parecía salido de un catálogo de la feria de los horrores de Marte. Fue un proceso tan lento que no me di cuenta de lo que estaba ocurriendo.
Cuando menos lo esperaba, conocí a una compañera de andanzas, Nereida, que estaba tan obsesionada o más que yo y con la que compartimos desastres y tragos amargos hasta que aprendimos a reírnos de nosotras mismas y volvimos a disfrutar. Tuvimos suerte.
Por ejemplo, nos reímos mucho con aquel que decía ser jugador profesional de póker que perdió mil euros en cinco segundos y no había forma de saber si era un ludópata o un auténtico maestro de la apuesta o con aquel otro prepotente que proclamaba “si eres una ladilla de chat no me interesas”.
Con Nereida descubrimos que no hace falta tener pareja para ser feliz y que una serie de “fracasos” o tropiezos no tienen porque significar que nunca vas a encontrar a nadie y que, de hecho, tampoco importa si uno pasa una época sin pareja o toda la vida. ¿Por qué tenemos que basar nuestra felicidad en tener pareja? Es terriblemente limitado. Las dos nos reconstruimos mutuamente.
Cuando menos lo esperaba, encontré a mi amor en un amigo a quien nunca había mirado como posible pareja.
Experiencias de pesca en la red
Soy Silvia y me embarqué en una búsqueda para encontrar mi hombre ideal, mi alma gemela, mi otro yo, mi complemento o como queramos llamarle que me condujo a la infelicidad y a la ansiedad.
Empecé a buscar por mi cuenta en el mundo virtual un compañero para procrear y fundar una hermosa familia feliz con esplendorosa hipoteca en lugar de esperar que una casualidad romántica me lo trajera. Busqué activamente en la red y fuera de ella –chats, portales de amor de Internet, citas rápidas, citas lentas y lo que se terciara-. En mis inicios estaba mentalizada para vivir y disfrutar del momento.
Sin embargo, me obsesioné y desesperé con cada nueva desilusión y con cada hombre que parecía salido de un catálogo de la feria de los horrores de Marte. Fue un proceso tan lento que no me di cuenta de lo que estaba ocurriendo.
Cuando menos lo esperaba, conocí a una compañera de andanzas, Nereida, que estaba tan obsesionada o más que yo y con la que compartimos desastres y tragos amargos hasta que aprendimos a reírnos de nosotras mismas y volvimos a disfrutar. Tuvimos suerte.
Por ejemplo, nos reímos mucho con aquel que decía ser jugador profesional de póker que perdió mil euros en cinco segundos y no había forma de saber si era un ludópata o un auténtico maestro de la apuesta o con aquel otro prepotente que proclamaba “si eres una ladilla de chat no me interesas”.
Con Nereida descubrimos que no hace falta tener pareja para ser feliz y que una serie de “fracasos” o tropiezos no tienen porque significar que nunca vas a encontrar a nadie y que, de hecho, tampoco importa si uno pasa una época sin pareja o toda la vida. ¿Por qué tenemos que basar nuestra felicidad en tener pareja? Es terriblemente limitado. Las dos nos reconstruimos mutuamente.
Cuando menos lo esperaba, encontré a mi amor en un amigo a quien nunca había mirado como posible pareja.
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Amor Sexo,
hombres y mujeres,
Por qué no casarse
lunes, 5 de septiembre de 2011
¿Hemos estallado ya y no lo sabemos?
La idea de lo que es noticiable y las propias rutinas de producción de las noticias nos impiden estar informados.
Una noticia, para los medios de comunicación, es cada vez más algo escandaloso, sorprendente, terrible, cataclismático, horrísono e impactante. Por tal razón, nunca se realiza un seguimiento continuado de lo que fue horrible noticia tremendamente importante hace dos meses.
Una de mis preguntas es ¿Qué ha sido de la central de Fukushima de Japón? ¿Sigue liberando radioactividad que nos llega en primorosas nubes de invisible fosforescencia sin que lo sepamos?
domingo, 4 de septiembre de 2011
Sonrisa Lectora
Padezco una extraña enfermedad. No puedo evitar leer todo lo que cae en mis manos o pasa cerca de mis ojos o capta mi mirada.
He buscado un nombre para esta enfermedad incómoda y un poco obsesiva, pero no lo he encontrado. Quizá podría ser lectomanía, puesto que grafomanía es la "manía de escribir o componer libros, artículos etc.". Me niego a usar la palabra "letraherido" porque me suena de un cursi que te mueres.
Mi lectomanía me ha llevado a situaciones complicadas. Veo papeles en una mesa e inmediatamente los leo. A veces, si mi vista no me alcanza, incluso puedo llegar a tomarlos en las manos y devorarlos. NO me doy cuenta, no lo hago por curiosidad ni por cotillear, sino porque soy una lectora compulsiva.
Me ocurrió esto con los papeles de mi entrevistador en una importante entrevista para un trabajo... Sin darme cuenta, les di la vuelta para verlos mejor. Y nunca volví a saber de la empresa.
También leo los botes de cosméticos y productos de higiene en la ducha, las etiquetas de las botellas de alcohol en los bares, los anuncios y carteles colgados en los exteriores de tiendas o en cualquier pared, los rótulos de todas las tiendas, los documentos abiertos en los ordenadores de mis compañeros cuando caen al alcance de mi vista porque paso por allí o porque tengo que hacer alguna consulta (eso demuestra mi buena fe y mi inocencia; si no están abiertos en la pantalla no hago nada por abrirlos).... En fin, todo.
Por eso, para evitar meter la pata o quedar como una rara, siempre llevo encima un libro y lo abro cuando tengo tentaciones de leer cualquier cosa inconveniente. (todavía recuerdo aquella vez que le dije a un aspirante a ligue: "sí, pues no puedo evitar leer todos los papeles que encuentro por el suelo" y me miró como si fuera de una galaxia ajena a este universo y se fue pretextando que había quedado. Nunca volví a saber de él).
Por eso, para no quedar como una descarada o una maleducada, cuando voy a una entrevista, llevo mi propio currículum o un dossier con mis trabajos que leo en los tiempos muertos como si lo estuviera consultando.
Es curioso que, en general, no esté mal visto hablar sin ton ni son (teniendo en cuenta que muchas personas están al borde de la ecolalia) y, sin embargo, nosotros los pobrecitos lectómanos que no podemos evitar girar los papeles de la persona que tenemos delante para leerlos, quedamos siempre fatal. Al fin y al cabo, sólo leeemos, no emitimos juicios de valor ni contumelias ni malmetemos ni criticamos... Sólo leemos todo aquello que se cruza en nuestro camino sin hacer daño a nadie en un acto íntimo y discreto.
He buscado un nombre para esta enfermedad incómoda y un poco obsesiva, pero no lo he encontrado. Quizá podría ser lectomanía, puesto que grafomanía es la "manía de escribir o componer libros, artículos etc.". Me niego a usar la palabra "letraherido" porque me suena de un cursi que te mueres.
Mi lectomanía me ha llevado a situaciones complicadas. Veo papeles en una mesa e inmediatamente los leo. A veces, si mi vista no me alcanza, incluso puedo llegar a tomarlos en las manos y devorarlos. NO me doy cuenta, no lo hago por curiosidad ni por cotillear, sino porque soy una lectora compulsiva.
Me ocurrió esto con los papeles de mi entrevistador en una importante entrevista para un trabajo... Sin darme cuenta, les di la vuelta para verlos mejor. Y nunca volví a saber de la empresa.
También leo los botes de cosméticos y productos de higiene en la ducha, las etiquetas de las botellas de alcohol en los bares, los anuncios y carteles colgados en los exteriores de tiendas o en cualquier pared, los rótulos de todas las tiendas, los documentos abiertos en los ordenadores de mis compañeros cuando caen al alcance de mi vista porque paso por allí o porque tengo que hacer alguna consulta (eso demuestra mi buena fe y mi inocencia; si no están abiertos en la pantalla no hago nada por abrirlos).... En fin, todo.
Por eso, para evitar meter la pata o quedar como una rara, siempre llevo encima un libro y lo abro cuando tengo tentaciones de leer cualquier cosa inconveniente. (todavía recuerdo aquella vez que le dije a un aspirante a ligue: "sí, pues no puedo evitar leer todos los papeles que encuentro por el suelo" y me miró como si fuera de una galaxia ajena a este universo y se fue pretextando que había quedado. Nunca volví a saber de él).
Por eso, para no quedar como una descarada o una maleducada, cuando voy a una entrevista, llevo mi propio currículum o un dossier con mis trabajos que leo en los tiempos muertos como si lo estuviera consultando.
Es curioso que, en general, no esté mal visto hablar sin ton ni son (teniendo en cuenta que muchas personas están al borde de la ecolalia) y, sin embargo, nosotros los pobrecitos lectómanos que no podemos evitar girar los papeles de la persona que tenemos delante para leerlos, quedamos siempre fatal. Al fin y al cabo, sólo leeemos, no emitimos juicios de valor ni contumelias ni malmetemos ni criticamos... Sólo leemos todo aquello que se cruza en nuestro camino sin hacer daño a nadie en un acto íntimo y discreto.
sábado, 3 de septiembre de 2011
Editores prófugos. Crónicas Bohemias LVI
De Sanfaina Krisis, mi amiga escritora a la que le crecen los problemas.
"Gracias a Dios o a quien sea, mis editores huyeron de vacaciones en agosto. Así no he podido obsesionarme con mi Antiséller ni conocer nuevos datos sobre sus antiéxitos.
Aparte de que mi obra se ha quedado sola en el catálogo, dedicado a libros de trabajos manuales y de educación para niños superdotados básicamente; de que la jefa de prensa no ha conseguido ni una sola reseña en un medio escrito ni una entrevista en una radio; de que los comerciales no han puesto ningún entusiasmo por colocar mi libro en las librerías porque les era incómodo y no les iba a dar ninguna comisión mínimamente sustanciosa...
Me he dado cuenta de que he equivocado totalmente el espíritu y enfoque de mi libro.
Por no hablar de que cuando llamo al teléfono del editor sale un mensaje de que no existe ningún abonado de Movistar con ese número.
¿Se han dado a la fuga con o sin mi libro? ¿Existe algún modo de recuperar mis ejemplares abandonados en cualquier oscuro y húmedo almacén? Al menos, así podría intentar venderlos."
"Gracias a Dios o a quien sea, mis editores huyeron de vacaciones en agosto. Así no he podido obsesionarme con mi Antiséller ni conocer nuevos datos sobre sus antiéxitos.
Aparte de que mi obra se ha quedado sola en el catálogo, dedicado a libros de trabajos manuales y de educación para niños superdotados básicamente; de que la jefa de prensa no ha conseguido ni una sola reseña en un medio escrito ni una entrevista en una radio; de que los comerciales no han puesto ningún entusiasmo por colocar mi libro en las librerías porque les era incómodo y no les iba a dar ninguna comisión mínimamente sustanciosa...
Me he dado cuenta de que he equivocado totalmente el espíritu y enfoque de mi libro.
Por no hablar de que cuando llamo al teléfono del editor sale un mensaje de que no existe ningún abonado de Movistar con ese número.
¿Se han dado a la fuga con o sin mi libro? ¿Existe algún modo de recuperar mis ejemplares abandonados en cualquier oscuro y húmedo almacén? Al menos, así podría intentar venderlos."
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