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martes, 29 de mayo de 2012

Pensamientos programados

Podría haber titulado Prejuicios o Pensamientos automáticos o Estulticia, pero prefiero Pensamientos programados (o pre-programados) para designar a ese conjunto de creencias e ideas que creemos que son nuestras pero nos han metido en la cabeza y salen a la luz cuando menos lo esperamos para proporcionarnos la solución más fácil.




Alicia Misrahi, escritora, página web: www.aliciamisrahi.com

Me llamo Lana y soy la viva encarnacion de los Pensamientos Automáticos y vivo muy feliz y tranquila, con la paz interior del que sabe en todo momento lo que hay que hacer porque le viene como una inspiración interior. El mundo no tiene misterios para mí, ni sobresaltos, automáticamente rebusco una creencia imbuida por mi educación, por los pensamientos programados de mis padres –que, todo hay que decirlo, intentaron vacunarme de mi tendencia Zen (aunque ellos la llamaban Cenutria) incitándome a pensar por mi cuenta-, por las creencias de mi etnia, mi entorno, mi grupo social, mi clase, mis amigas etc… y actúo en consecuencia. Sin fisuras, sin dudas.

jueves, 3 de mayo de 2012

Mentiras relativas

“Lo mismo te miento que te digo la verdad”  -dijo él para tranquilizarla la primera vez que le pilló en una gran mentira.
Ella supo que era sincero y que podía confiar en él.

Alicia Misrahi. Página web: www.aliciamisrahi.com
Podría haberle dejado, haber lanzado un jarrón para que se estrellara en su cabeza dándole tiempo para que se apartara –como sucedía en las películas-, haber vaciado el vino en su cara, haberle arañado los ojos… pero sonrió.





No era cirujano, esa fue su primera mentira desvelada, que ella descubrió accidentalmente durante su primera época juntos. Se hizo famoso por sus intervenciones de aumento de pecho personalizadas y por las operaciones de narices. Operaba cualquier parte del cuerpo de sus pacientes y la dejaba en su punto justo, pero sus tetas y sus narices eran sublimes, especialmente diseñadas y moldeadas con mimo para adaptarse a los cuerpos y caras de sus propietarios y mejorarlos notablemente sólo con una serie de toques sutiles.